martes, 24 de marzo de 2015

Dejarlo ir...

Hoy me ha llegado esto al correo, la típica cuenta de vida sana que envía mails, algunos sobre como cuidarte por fuera, pero también a veces te mandan consejos para aceptarte por dentro. Me gustó mucho y por ello lo comparto. Y es que hace ya más de 5 años que la vida me enseño a valorar todo aquello que me ocurre. Es importante entender que lo bueno y lo malo que nos pasan dejan huella en nosotros, pero más importante todavía es aprender de ello. No siempre la vida nos devuelve el esfuerzo y la entrega que le dedicamos a nuestras vidas y a las de otros. A veces el esfuerzo no tiene su recompensa, nos sentimos estancados y creemos que el mundo está en nuestra contra y que no nos lo merecemos. Nos enfadamos y pataleamos y lo pagamos con aquellos que nos tienden su mano. 

Ahora mismo hay muchos que nos sentimos estancados, enfadados con el mundo y con nosotros mismos, pero debemos dejar ir esa furia por no poder conseguir ese objetivo y luchar por el siguiente. En momentos así no puedo evitar citar a mi hermano, un hombre sabio que me enseño tantas lecciones vitales: " La vida no es tan difícil como tú crees, ni tan fácil como el resto piensa". 


Y aquí les dejo el texto que me hizo reflexionar y que nos viene como anillo al dedo a muchos de nosotros, entre ellos personas que quiero mucho y que están pasando unos días malos.   

"Hay situaciones en la vida por las que tenemos que pasar, porque para eso se nos presentan, para aprender, pero en algún momento las tenemos que dejar ir.

Dicen que "dejar ir es parecido a dejar que sea". Y permitir que una historia que fue importante para ti siga su camino, es darle y darte libertad. Por lo tanto para ambas partes es un acto de amor incondicional.
 
Por ejemplo, la vida puede ponerte situaciones dónde tienes que luchar con:
· Vivir atrapada en una etapa en la que recuerdas como la más feliz de la vida pero que ya pasó y te cuesta soltar (por ejemplo, una relación sentimental, un trabajo o el traslado de un país a otro).
· Una situación en la que te sientes “estancada” pero no se te ocurre cómo dar el primer paso hacia afuera, mientras que aquello tan conocido e incómodo vuelve a ti como un eterno retorno (te suena familiar esta situación? todas hemos estado allí en algún momento de la vida y sabemos lo que se siente).

Ir ligero de equipaje por la vida es recorrer un camino fluido, es ir de acuerdo con la leyes de la naturaleza y de la vida, donde todo va hacia adelante y se expande, y a su vez los tiempos pasados, presentes y futuros se unen en uno solo: el aqui y ahora. 

A veces, para seguir en crecimiento personal y abrirnos a la felicidad, hay que dejar ir, por muy doloroso que sea el proceso."

3 comentarios:

  1. Me siento muy identificada con la reflexión.
    Ojalá algún día sea capaz de dejar marchar cierta parte de mi vida.

    Un saludo :)

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    1. Creo que es muy difícil aprender a hacerlo, pero al menos debemos intentarlo. Mucho ánimo compañera!

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    2. Muchas gracias :)
      Ánimo con el MIR, por cierto :)

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